El masaje tradicional tailandés nos devuelve la integridad perdida y nos prepara para aceptar la gran reserva de fuerza a la que podemos acceder mediante la relajación. Desde lo más íntimo de nuestras células percibimos una energía nueva, fruto de la unión y no de la oposición o la tensión.
Esos sabios pases nos muestran que sentir es la poción mágica para abordar cualquier aventura personal y descifrar nuestras enigmas más íntimos, más allá del miedo acorazador.
Según nuestras creencias, podemos conciderar el masaje tradicional tailandés una herramienta sagrada, transmitida en los templos budistas de Asia, o una técnica psicofísica que ayuda a desmantelar la estructura corporal, mental y emocional que vez construimos y a reemplazarla por otra más acorde con la potencialidad de nuestro ser.
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